Las divisas digitales (conocidas por sus siglas CBDC) que estarían preparando los grandes bancos centrales (unas divisas que nada tienen que ver con las criptomonedas, quede claro) auguran una distopía nunca vista, el sueño hecho realidad del Estado Leviatán traducido en limitación total de la libertad y control absoluto sobre la vida (pública y privada) de las personas. 

Ello gracias a la programación de códigos cuyos algoritmos van a marcar el devenir de nuestro dinero, pues tales divisas digitales serán rastreadas en tiempo real, conociéndose dónde, cómo y cuándo se ha gastado cada céntimo. 

Si acaban implantándose, los gobiernos de turno -con la excusa de una mayor seguridad financiera amén de una mayor comodidad- estarán en disposición de imponernos en qué gastamos nuestro dinero y en qué no, cuánto tiempo tenemos para gastarlo y en qué lugares; igualmente, nos dirán qué clase de comida hemos de comer, que no hay que ser una eminencia para imaginar que irá en la línea de la Agenda Verde de la ONU. 

Y no sólo eso: las CBDC permitirán programarnos salarios con fecha de caducidad para así no ahorrar nada (una medida a mayor gloria del consumismo compulsivo) o descontarnos de los mismos las muchas multas que se adivina nos impondrán por cada pensamiento y/o comportamiento políticamente incorrecto (como, por ejemplo, sobrepasar el radio de 15 minutos en bicicleta desde nuestro domicilio) que tengamos. 

¿Exageración? Lo cierto y verdad es que los globalistas preparan su tiranía digital mientras nos siguen distrayendo con toneladas de entertainment basura.

Ricardo Herreras 

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