José Francisco García Cerdán y María Jesús Ortiz López, profesores ambos oriundos de Fuente Álamo, publicaron no hace mucho un libro (Bandolerismo. Incursiones carlistas en el antiguo Reino de Murcia. En la literatura, pliegos de cordel y folclore, 2015) del que ahora se hace eco el diario murciano La Verdad. El tema es muy sugestivo: las incursiones de las partidas carlistas en los pueblos de la Sierra del Segura tras el fin de las guerras carlistas. Sin embargo el abuso de ciertos términos y la mezcla con otros personajes puede acarrear alguna confusión. Muchos carlistas se vieron abocados puntualmente a ejercer el bandolerismo tras el desenlace de las contiendas bélicas con cuyos resultados no estaban de acuerdo. En unos casos se trató de hechos puntuales y en otros esta interinidad acabó convirtiéndose en su particular modus vivendi. La España derrotada, gobernada por los liberales, dejada en manos de nuevos terratenientes que introdujeron todos los abusos e injusticias capitalistas, no daba tampoco demasiadas opciones. A este respecto es inexacto identificar a Francisco Orta con el bandolerismo previo al desenlace de la campaña montemolinista. Aunque dicho alzamiento se hizo en unión de elementos del republicanismo, y muchos «soldados de fortuna» se unirían a las partidas de Carlos VI debido a las nefastas condiciones sociales y económicas de la década de los cuarenta del XIX. Por otro lado, las menciones a otros bandoleros como El Pernales o Serrallonga son un evidente anacronismo que no se corresponde con el periodo histórico ni con el ámbito espacial estudiado; además respondieron a una tipología y arquetipos radicalmente distintos.
Por último resulta interesante el titular del diario La Verdad: «La historia que une a Murcia y Albacete es muy interesante y digna de estudio». La prensa albaceteña, en una demostración más de su dependencia de Toledo y su sumisión a una «Junta de Comunidades» que siempre ha estado en contra de Albacete, cuando se hizo eco de dicho libro se cuidó mucho de evitar cualquier mención a la historia que tanto ha unido a Albacete y Murcia. Recordemos que hasta 2013 La Verdad tenía una edición albaceteña: hasta que el gobierno autonómico la terminó de estrangular. El mismo periódico que recoge la noticia es una buena demostración de que el carlismo en el Reino de Murcia fue mucho más que la anécdota de los bandoleros. La fundación del periódico La Verdad ocurrió al amparo de la Cruzada de la Buena Prensa, tenía como ámbito el de la Diócesis de Cartagena y tuvo entre sus principales plumas a los carlistas regionales. Su principal oponente fue El Liberal, uno de los primeros diarios de izquierdas de España. Sufrió por parte de éste ataques no sólo escritos, sino también físicos por las bandas de la porra murcianas.La Verdad siempre se proclamó católico hasta que cayó bajo el control de los Propagandistas (ACNP, hoy ACdP) a principios de 1931, que terminó traicionando la identidad original y malogrando tan importante proyecto periodístico.