En un artículo anterior, mencioné que en la Iglesia Católica del país teutón, se está por producir un cisma. Varios obispos y sacerdotes han cruzado una línea de la que es difícil volver. ¿Cómo volver después de lo que se ha hecho? Están abiertamente enfrentados al Vaticano, haciendo aquello que, justamente, se les prohíbe.

La Iglesia tiene sus leyes. Existe un derecho llamado Canónico. Cuenta con un Catecismo, que se desarrolla en párrafos y artículos, y orientan al Cristiano a su buen obrar. No se puede hacer lo que venga en gana. Ejemplo tenemos en Enrique VIII, de Inglaterra, que rompió con la Iglesia Católica y se puso al frente de la naciente iglesia Anglicana. Él hizo lo que quiso. En Martín Lutero, otro ejemplo. Pero los motivos de este último son más discutibles. Pero al final, hizo su voluntad y fue excomulgado.

A la Iglesia se la debe respetar, y al que no le gusta, ahí está la puerta. Cristo no quiere que se pierda ninguna oveja, pero si estas son tozudas y quieren lo contrario a la Voluntad de su Pastor, este les dirá: «Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal.» [Mateo 7,23] Por lo tanto, estos obispos y sacerdotes de la Iglesia de Alemania, que están bendiciendo a parejas LGBTI+, y lo peor, dando la Sagrada Eucaristía a personas que no son de esta Iglesia, ya conocen su respuesta en la hora del juicio particular y universal.

Perdóneme usted querido y estimado Católico, tal vez tenga posiciones encontradas con Monseñor Lefebvre, pero… todo lo que ha predicho, se ha ido cumpliendo. No le erró para nada. La Iglesia Católica entró en una decadencia moral y doctrinal como jamás se ha evidenciado. Si San Pedro y San Pablo resucitaran hoy: ¿qué piensa usted que les dirían a esos obispos y sacerdotes de la Iglesia de Alemania?

El cisma está a la vuelta de la esquina, Roma en silencio. Pero, déjeme decirle algo, estos impresentables obispos y sacerdotes alemanes, se han autoexcomulgado. Ya no pertenecen al rebaño. Tienen otro pastor. Según las pinturas y caricaturas, ese pastor tiene cola, tridente y cuernos. ¿Ya se imagina no?

Pero debemos quedarnos con la parte buena, la otra cara de la Iglesia de Alemania, la que sigue de pie, orando y rogando a Dios. Esa Iglesia que aún permanece Católica. Oremos por ellos, pues la prueba es grande. Lo que queda demostrado es que, quienes están dentro de la corriente Tradicionalista, permanecen firmes en su catolicidad, pero se insiste en lo contrario.

COMPARTE: