Javier Mª Pérez-Roldán y Suanzes-Carpegna

No es objeto este artículo posicionarme sobre la guerra en Ucrania, y más cuando creo firmemente que aquí Rusia y Ucrania no son los protagonistas, sino que no son más que actores de un enfrentamiento mayor: el de dos formas distintas y contrapuestas de mundialismo (Nuevo Orden Internacional). Por un lado el mundialismo de matriz China, y por otro lado el mundialismo de matriz atlantista (EEUU y gobiernos europeos).

Lo que sí que pretendo es demostrar la hipocresía de los medios de información “oficiales” y de la casta política que sufrimos. Y es que todos los terminales mediáticos repiten, sin crítica alguna, cómo están saliendo de Ucrania mujeres, niños y ancianos, pero no varones en edad de combatir, pues el gobierno Ucraniano ha prohíbo la salida de estos: ¿dónde está el feminismo transversal que no dice nada? ¿Por qué nadie denuncia el carácter machista del Gobierno Ucraniano, su carácter discriminatorio?

Y es que a mí, que no comparto los dogmas feministas, me parece muy bien que la guerra la hagan solo varones… pero a todos estos medios vendidos a la verdad oficial, que tanta guerra nos dan con los micromachismos ¿por qué callan ante este macromachismo?

Por otra parte, es correctísimo fijarse en el sufrimiento del pueblo ucraniano e intentar parliarlo caritativamente. No obstante, es igualmente cínico no criticar parte de las medidas que se han acordado contra Rusia, y ello por cuanto estas medidas no afectan al gobierno ruso, sino a su pueblo: la salida del sistema Swift, las dificultades al comercio, a la realización de vuelos, etc. ¿Por qué los gobiernos pro Ucranianos pueden hacer sufrir al pueblo ruso? ¿No es esto racismo? ¿No es hacer pagar a todo un pueblo por los eventuales errores de su gobierno? No nos explican por qué razón a un deportista ruso, incluso no actuando en representación oficial de su país, se le prohíbe participar en eventos deportivos internacionales. Si se prohibiera a un etíope participar en un evento deportivo solo por ser etíope, sería racismo. Si a quien se le limita tal derecho es a un ruso, es justicia con el pueblo ucraniano.

En resumen: por favor, no se fíen de lo que oigan y vean en los medios de supuesta información, pues en verdad son medios de propaganda. Tengan criterio propio. Nos quieren tomar el pelo: no nos dejemos.

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