Artículo de Renaud Girard
Geopolíticamente, la pandemia del coronavirus, nacida en China en 2019 (Covid-19), ha puesto de manifiesto la bancarrota de tres ideologías: comunismo, europeísmo, globalismo.
El Partido Comunista Chino (PCCh) tiene una gran responsabilidad por el nacimiento y la propagación inicial de esta enfermedad altamente contagiosa. De origen animal, el virus se transmitió a los humanos en Wuhan, una gran ciudad en el centro de China. Esta transmisión se realizó en el mercado de Huanan, a fines de noviembre de 2019. Era un mercado donde vendían animales salvajes y animales domésticos, cuyas jaulas estaban apiladas, en condiciones insalubres. El virus fue transmitido originalmente por un murciélago, que lo pasó a un pangolín. Los chinos ricos son aficionados a los animales salvajes, consumo al que atribuyen muchas cualidades imaginarias (aumento de la fuerza física, potencia sexual, etc.). El virus del Ébola también vino de un murciélago.
El problema es que las autoridades chinas ignoraron una alerta previa. En noviembre de 2002, una epidemia de SARS (síndrome respiratorio agudo severo, causado por un coronavirus) nació en la provincia de Guangdong (sureste de China), en un mercado que también vende animales salvajes y animales domésticos vivos. Todos los científicos conocen el peligro de las zoonosis (enfermedades infecciosas de los animales vertebrados transmisibles a los humanos).
Aún más grave que esta imprudencia, la segunda bancarrota del PCCh vino de su adicción a la mentira y el ocultamiento de la situación real. Obsesionado con su imperativo de garantizar la “estabilidad social” a toda costa, el PCCh de la región de Hubei prefirió cerrar los ojos al principio. Incluso sancionó a médicos en el Hospital Central de Wuhan por dar la alarma. El PCCh aún no ha explicado al mundo por qué ordenó abruptamente el cierre del laboratorio de salud pública de la Universidad de Fudan (Shanghái) el 12 de enero de 2020. El día anterior, este laboratorio de vanguardia había publicado la secuencia del virus Covid 19 en virological.org, un foro de debate científico sobre virus, en acceso libre. Fue la publicación de estos datos del genoma lo que condujo al desarrollo de un nuevo kit de prueba para diagnosticar el virus.
Los funcionarios del PCCh pusieron la lógica de un poder supuestamente infalible ante la verdad médica durante tres semanas. Estas tres semanas perdidas en la lucha inicial contra el virus ahora pesan mucho. Si la enfermedad hubiera sido tratada inicialmente, hoy no habría una pandemia.
Si esto fuera poco, el PCCh agregó a las ” noticias falsas ” la mentira y el encubrimiento. El 13 de marzo de 2020, Zhao Lijian, el nuevo portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, se atrevió a tuitear que ” el ejército estadounidense podría haber llevado la epidemia a Wuhan “. En octubre de 2019, los soldados estadounidenses participaron en las maniobras militares internacionales, que tuvieron lugar en Wuhan. Las autoridades comunistas chinas ahora están muy nerviosas porque entienden que su gente sabe perfectamente que inicialmente les mintieron, y que lanzaron su implacable y aparentemente exitosa ofensiva contra el virus tarde.
La segunda bancarrota es la ideología europea, que considera la construcción europea (y su religión de apertura de fronteras) como un ideal en sí mismo, en lugar de hacer un uso pragmático, en defensa de los interés concretos de diferentes naciones de la UE. El 13 de marzo de 2020, el Presidente de la Comisión Europea criticó el cierre de las fronteras decididas por ciertos países de la UE para combatir la pandemia. Al día siguiente, la patria de Ursula von der Leyen adoptó una medida de sentido común … ¡Los chinos han “cerrado” las fronteras de Hubei, una provincia cinco veces más grande que Holanda! La decisión de Trump de cerrar sus fronteras a los viajeros de China a fines de enero explica el retraso de la enfermedad en Estados Unidos en comparación con Europa.
Finalmente, la ideología del globalismo también está en bancarrota, que cree en las virtudes de una división internacional absoluta del trabajo, obedeciendo solo a las leyes clásicas del liberalismo económico. Es inaceptable que hoy dependamos de un país tan lejano y diferente de nosotros como China para la fabricación de nuestros medicamentos; y que la Casa Blanca trató de sobornar al jefe del laboratorio alemán CureVac, para monopolizar la vacuna que está desarrollando. ¡Cuando salgamos de esta pandemia, necesitaremos con urgencia establecer una soberanía económica europea real!
Este artículo se publicó por primera vez en francés en Le Figaro
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