Un siglo antes de la caída de la Dinastía Romanov (1917) y con ella de la Monarquía en Rusia, tras el duro golpe infligido a la Judeo-Masonería en Europa por parte de La Santa Alianza, se preparó en un minucioso Plan de Acción llamado: “Máximas Políticas y Subversivas de la Masonería Egipciana”.

Las más significativas de estas Máximas estaban dirigidas a la formación de nuevos partidos y a la división de los ya existentes con el propósito de subvertir el orden social y político establecido, lo que implicaba:

• Atacar a la Iglesia con vistas a su Estructura Institucional y Validez Doctrinal.
• Atacar a la Monarquía con vistas a la Legitimidad de su Representante y de la Institución.

Es especialmente destacable la Máxima Político-Subversiva 8ª: “No hallándose actualmente nuestra amada y respetable Orden con la fuerza física de tropas con que contaba se librará a todos nuestros emisarios en los reinos extranjeros para que promuevan en sus periódicos principios acordes a nuestra causa e inciten a la división de partidos y a las suspicacias contra el Clero y la Monarquía”.

Son varias las máximas en las que se insiste en fomentar la división y la formación de partidos y, como paso previo, conseguir el descrédito del Rey y del Vicario de Cristo. La Máxima 38ª dice: “Debemos desnaturalizar y vaciar de contenido a los ministros de la Iglesia y al Rey”.

En la actualidad, los frutos del judaizante y modernista Concilio Vaticano II (en especial los documentos relativos al Sacrificio de la Santa Misa y a las Relaciones con otras confesiones religiosas) así como los de la judeo-masónica Constitución Española de 1978, que pervierte la naturaleza Católica de la Monarquía Hispánica y las funciones del Monarca, afectan directamente a la Esencia Católica Nacional y a la Organización Hispánica, en la que el rey católico, la familia y el municipio son organismos “células” esenciales del Estado-Nación junto con la Iglesia y su Doctrina Social o Magisterio.

Hace ahora dos siglos (mediados de 1821) diversos municipios españoles, conocedores de las tretas de la judeo-masonería mediante procedimientos de investigación policial, obtuvieron información que publicaron en los siguientes términos: “Hay una conspiración extendida por toda España para derribar el Trono y el Altar, y ésta es urdida en la sede de las logias y por parte de sus hijos agazapados en la administración”.

Ese mismo año, la Inteligencia Zarista “Ojrana” emite un Informe en los mismos términos: “Las victorias previas en favor del Altar y el Zar no son victorias absolutas que nos lleven a bajar la guardia y dejar de estar en vela, sino todo lo contrario pues el Enemigo no descansa”.

El Método que la Judeo-Masonería, y los encarnizados enemigos de Jesucristo que la componen, siempre la utilizado para persuadir, engañar y seducir a los incautos y pocos formados, es el Método conocido como: Táctica Deslumbrante.

Esta Táctica supone, no el ataque directo, firme o unidireccional, sino el crear confianza en todos los ámbitos ideológicos (conservador, tradicional, revolucionario, liberal, socialista o ilustrado) y, al mismo tiempo, crear dudas e incertidumbre con relación al opositor. Falsificar, pervertir y modificar la verdad, junto con tratar de desprestigiar al adversario o anularlo como persona fiable, es igualmente parte esencia de la Estrategia. La Máxima 18ª nos dice:

“Como todos los políticos convienen en que para dominar es preciso dividir, las primeras acciones de todos nuestros Hermanos han de ser el ver el modo más fácil y seguro de sembrar la discordia entre la Familia Real. Procurar introducir la cizaña entre todos para que se formen partidos y se dude de los sujetos que están al frente de los negocios públicos y de la Administración, se dude de su fidelidad y de su honestidad. Después de verificada la división se deben introducir en todos los partidos muchos de nuestros socios y amigos, no necesariamente nuestros Hermanos, con el objeto de controlar el Secreto de cada uno de los partidos para la consecución de nuestros planes”.

Al mismo tiempo que se conseguía el desprestigio del Clero y de la Monarquía (como elemento común a todas las facciones o partidos) se dotaba al partido opositor, o con opciones de llegar al Gobierno, de un jefe que consolidara el liderazgo y al mismo tiempo la división en la Iglesia y en el Monarca. Este punto es el que apoyó la Internacional Socialista que respaldó la creación de la URSS (de naturaleza cabalística, talmúdica y, por lo tanto, judaica) y que ahora respalda la creación de “una España” Comunista y Socialista al servicio del llamado Nuevo Orden Mundial: Esto es el Frente Obrero Español o el Partido Comunista en Rusia.

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La Masonería Egipciana del 1 de abril de 1824, en sus máximas 39ª y 40ª, dice: “Para disminuir también el influjo del Clero Secular que, con sus conocimientos, llamada virtud, celo entusiasta y energía siempre incansable, ha ocasionado hasta ahora nuestra ruina, es lo más importante atacarlo por flanco o indirectamente para que se debilite pero que no reaccione a nuestros ataques sutiles. De esta forma caerá a nuestros pies dócil y obediente. Con este objetivo se ocuparán especialmente nuestros Hermanos; además de hacerlos sospechosos ante el Monarca y el Pueblo, de todo tipo de perversiones e injusticias, mostrándoles ambiciosos y pervertidos, con ansias de poder y deseo de mandar e influir en el Gobierno del Rey”.

Observe el lector que la citada máxima no habla de destruir a la Iglesia sino de hacerla dócil y obediente, callada por el temor a que se le vea en público y se pueda decir de ella que está corrompida. Lo que no dice esta máxima, como tampoco dice jamás la Judeo-Masonería o sus crías satánicas, tanto en Rusia como en España, es que el desprecio y el odio a la Iglesia no desaparece ante su silencio o puesta de perfil, sino que aumenta pues en la traición a su Vocación está la propia condena procedente del Maligno y de los suyos “la Sinagoga de Satanás”.

Como conclusión, quisiera recordar varios aspectos de la Historia de Rusia en los que ahora estoy trabajando con vistas a un futuro libro:

• Después de los 70 años de la “larga noche del comunismo” (palabras citadas por el consejero del Zar, Rasputin, poco antes de su asesinato) la Obediencia occidental más activa y determinante en el rescate de la Judeo-Masonería en Rusia fue la Gran Logia Nacional de Francia, es decir, la masonería republicana, atea y anticristiana.
• Ésta constituyó en Moscú la Gran Logia de Rusia el 24 de junio de 1995 aunque desde 1991 la masonería estaba ya activa, es decir, hace ahora 30 años.
• La Gran Logia de Maine, en EEUU, celebraba entonces sus 175 años de creación y decidió participar a favor de la regeneración masónica en Rusia con la redacción de una Historia de la Orden en Rusia, entre otras aportaciones materiales y logísticas.
• Una tradición de la masonería en Rusia sugiere que ésta fue iniciada por el Zar Pedro el Grande (S.XVIII) que abrió las puertas de la judeo-masonería occidental en Rusia, siendo iniciado en Inglaterra durante uno de sus viajes.
• El primer Gran Maestro Provincial de Rusia fue el Capitán John Philips en 1731 y el siguiente fue el General James Keith en 1740.
• Durante el reinado de Catalina la Grande, la primera princesa de origen alemán, la masonería rusa se extendió mucho y fue dirigida por su consejero privado, Perfievich Yelaguin (1725-1794). Yelaguin, buscó que la masonería profundizase en el ritualismo judaico, cabalístico y egipciano “similar al ritualismo litúrgico eclesial tanto latino como ortodoxo” en oposición a lo que se estaba haciendo hasta entonces más pagano y libertino, algo agradable a Catalina.
• En 1803, el Zar Alejandro I se inició en una Logia de Varsovia y creó una red de logias masónicas nutridas por diversos ritos y obediencia que hoy convergen en un gnosticismo cabalístico o judaico.
• El Zar Nicolás I (1825–1855) prohibió las logias y las llevó a la clandestinidad, pero seguían operando bajo “cobertura diplomática monárquica”.
• En 1909, el Gobierno de Rusia, que mantenía la prohibición contra la masonería, descubrió la existencia de logias dependientes del Gran Oriente Francés.
• El 14 de enero de 1992, la primera logia regular “alzó sus columnas” en Moscú, su nombre fue Armonía.
• La masonería rusa ofrecía, y aún hoy ofrece, dos corrientes. Una mística o Rosacruz y otra más social, activista y reformadora, aunque ambas se nutren entre sí.

Esta es la compleja realidad actual, tanto en Rusia como en España, y en buena parte del resto del mundo, de la Masonería Globalista que encarna, entre otros, Klaus Schwab como máximo responsable del Foro Económico Mundial, del Foro de Davos y de la Élite Cabalista o Talmúdica. Su fin último es el establecimiento del llamado: Nuevo Orden Mundial. De él hablaremos, si Dios Quiere, en próximos artículos de Tradición Viva, Digital comprometido en la Defensa de la Cristiandad y en la Evangelización para que “cuando Vuelva el Hijo del Hombre halle la Fe sobre la Tierra” y no se pueda decir de nosotros “siervo indolente e infiel”.

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